lunes, 4 de febrero de 2013

TODOS SON UNO


Este texto fue publicado en el número uno de la revista "Journal of the Sociology and Theory of Religion" dirigida por el profesor don Jesús Alberto Valero Matas, de la Universidad de Valladolid 


 
TODOS SON UNO

 

 
- La cabeza de un rey

                                                                                                  

  El 30 de enero de 1649, el rey Carlos I de Inglaterra, poco antes de perder su cabeza repetía la idea que le había llevado a tan lamentable situación “I must tell you that the liberty and freedom [of the people] consists in having of Government, those laws by which their life and their goods may be most their own. It is not for having share in Government, Sir that is nothing pertaining to them. A subject and a sovereign are clean different things.”(1)

 

    Queriendo seguir la estela absolutista de los monarcas continentales Carlos I incendió la Guerra Civil Inglesa (2). Defendía que sus súbditos sólo tenían derecho a ser bien gobernados, y los ciudadanos le cortaron la cabeza en nombre de la participación en el gobierno. Pero no sólo por ello.

 

    Dicen las crónicas que cuando cayó la cabeza “se oyó no un suspiro, sino un quejido enorme en la muchedumbre” (3) pero, a diferencia de lo que sucedería con Luis XVI, las cortes europeas, no sintieron escalofríos, rápidamente admitieron a los embajadores de Cromwell y olvidaron al Estuardo. Algunos incluso se regocijaron, Cristina de Suecia, viendo a unos cortesanos lamentarse les espetó “no sé de qué os lamentáis, al fin y al cabo la cabeza era lo que menos utilizaba”(4) .Nadie pareció advertir que la sangre de Carlos I bautizaba un mundo nuevo.

 

    Y es que la Guerra Civil Inglesa no sólo significó el fracaso del absolutismo en Inglaterra, sino que supuso la cuna de una nueva forma de organización en los grupos humanos, la comunidad individual frente a la comunidad natural.

 

    La causa emocional (5) de la revolución no fue tanto el modo de gobierno, como el intento del rey de imponer una unidad religiosa, que muchos interpretaron como el modo en el que el diablo les llevaba de vuelta a Roma. En una época donde la religión marcaba el principal nexo de unión de la comunidad gobernada, Inglaterra la dejaba atrás, y las múltiples corrientes protestantes ratificaban el triunfo de una imperfecta libertad de conciencia, que se extendió a los judíos. Frente a la usual férrea unidad religiosa de las otras potencias europeas, Inglaterra aparecía como un guirigay de comunidades protestantes que “permitieron una sociedad más libre que ninguna otra de las existentes en Europa, aunque sus libertades no eran compartidas por las clases más humildes. Establecieron una sociedad en la que Milton, Locke y Newton podían pensar más libremente que en el resto de Europa”.(6)

 

    El regicidio posibilitaría que siglo y medio más tarde, y al otro lado del océano, naciera la primera, e imperfecta, comunidad individual en la que el principal nexo de unión sería la participación en el ejercicio de la soberanía y excluía expresamente la unidad religiosa, pues en virtud de la primera enmienda de la Constitución de los EE.UU ninguna religión tendría el carácter de oficial, primero a nivel federal, y a partir de 1868 a nivel estatal y federal (7). Cromwell venció oponiéndose no a que existiese una religión de estado, que aceptaba, sino a la unidad religiosa (8). La Constitución fue más allá y negó ambas (9)

 

- Las comunidades naturales

 

   El ser humano es un ser eminentemente social, y el individuo necesita al grupo para tener una existencia sana. Lejos de las visiones idealizadas sobre la vida animal, los naturalistas han descubierto que los chimpancés y bonobos, nuestros primos más cercanos, se organizan en grupos que crean nexos y una personalidad específica, mediante dos procesos, uno interno la creación de comportamientos comunes y exclusivos, que ¿por qué no? podemos llamar cultura, y otro externo, la competición con otros grupos diferentes, con los que las relaciones suelen ser poco cordiales.(10)

 

    El escaso tamaño de las primeras comunidades humanas permitía que ese proceso interno abarcara casi todos los aspectos de la vida individual, de tal forma que el individuo quedaba reducido a la mínima expresión. Podemos denominarlas comunidades naturales puras. Aún podemos observarlo en pequeños grupos tribales, lo que permite a los antropólogos usar descripciones genéricas inutilizables en grupos más complejos (11). En cuanto al proceso externo, baste recordar que buena parte de estos grupos se califican a sí mismo como “los humanos”. Ni que decir tiene, la opinión que tienen sobre los demás.

 

    La revolución neolítica supuso el desarrollo de grupos más amplios en los que lo individual, por fuerza, debía tener mayor relevancia. Etnia, lenguaje, costumbres y religión se configurarían como los nexos de unión de la comunidad al margen del poder político que les gobernase. De estos nexos, la religión, -máxime si tenemos en cuenta que las primeras religiones tenían un ámbito de protección grupal, no universal-  sería el más importante pues fosilizaría comportamientos e ideas consideradas buenas para la comunidad, las prescripciones alimenticias son, en este sentido, un buen ejemplo. De ahí que la impiedad fuese duramente castigada.

 

    Y ese papel se mantendría aún cuando la comunidad natural practicase o tolerase otros cultos, pues hemos de entender religión en ese sentido, sino en el de pensamiento mínimo (12). Así, aunque la Roma Imperial tolerase, e incluso las clases dirigentes practicasen, diferentes cultos, mantuvo como nexo de unión principal la religión, cuya principal manifestación era el culto al emperador (13)  

 

    Es de suponer que las primeras comunidades fueron lideradas por gobernantes nativos, pero con el surgimiento de comunidades dominantes y estructuras de poder más complejas, un gobernante podía dominar varias comunidades naturales. Dentro de estas estructuras estatales las diferentes comunidades naturales seguían vigentes, si bien una de ellas dominaba al resto. Tales equilibrios solían ser precarios por ello, en muchos casos, la comunidad dominante intentaba expulsar o eliminar a las demás comunidades naturales, anulando sus rasgos distintivos, el principal entre ellos, la religión. La España medieval es buen ejemplo de ello (14).

 

    No obstante en la mayoría de las ocasiones la comunidad natural dominante eliminaba pacíficamente los rasgos distintivos del resto de comunidades naturales,  incluso en ocasiones donde el poder político no era detentado por ella. En este sentido, el caso de los visigodos en España, o de los francos en Francia (15) es paradigmático.

 

- Las comunidades individuales

 

    El papel central de la religión, como pensamiento mínimo, de entre los diversos nexos de unión de las comunidades naturales se mantuvo incluso tras la extensión de religiones con aspiraciones universales, como el Cristianismo o el Islam. Esta característica les permitía convertirse en nexos de comunidades naturales más amplias, como la Cristiandad, si bien, la permanencia de los otros nexos de unión hacía que las comunidades naturales preexistentes, en las que nexos de unión como lengua o costumbres, eran más fuertes, fomentaran o tomasen partido rápidamente toda clase de herejías a la norma común, volviendo la religión, de este modo, a ser el nexo de unión central. Pocos casos lo ejemplifican mejor que el monofisismo en el Egipto bizantino (16)

 

    Este papel empezaría a decaer en Europa Occidental con la Reforma no tanto por el hecho de romper Cristiandad de Occidente, sino porque estuvo basada en el principio del libre examen de la Biblia (17) antecedente de la idea de libertad de conciencia y derivado de la revolucionaria premisa cristiana de que todos somos hijos de Dios. A diferencia de las rupturas anteriores, más que comunitaria, fue individual, generando más que territorios, grupos (18). El derecho grupal de libertad religiosa, es desbordado por la pluralidad del protestantismo, y se convierte en un derecho individual, es decir, en la libertad de conciencia (19) antesala del laicismo (20) y de la revolución científica (21) animadora del capitalismo y madre del incremento exponencial de la riqueza. Es la modernidad.

 

    Si el que ha sido el principal, que no único, nexo de unión se debilita, que no desaparece, o bien se convierte en algo eminentemente cultural y abandona su papel de pensamiento mínimo, los otros deben reforzarse y se amalgaman en la idea de nación. La nación permite conjugar la pluralidad de pensamientos propia de la extensión de la libertad de conciencia, con la existencia de comunidades fuertemente cohesionadas.

 

    La tolerancia de una pluralidad de pensamientos individuales conlleva, indefectiblemente, la participación en el gobierno. Y en este momento cuando pasamos de la comunidad natural a la comunidad individual nace un nuevo nexo, capaz de hacer sombra a todos los demás, la participación en la soberanía (22). Sólo de hacer sombra, pues ninguna comunidad puede basarse sólo en aquél. Existen las comunidades naturales puras, pero una comunidad individual pura, carecería del elemento emocional que hace que las comunidades humanas se cohesionen.

 

    No obstante, hay algo mucho más importante, la comunidad individual supone el empoderamiento del individuo frente al grupo. El individuo es tan importante, que la comunidad debe facilitarle la consecución de su propio destino, que no es otro que la búsqueda de la felicidad (23) de la manera que el individuo quiera, sin más límites que los propios necesarios para que esa búsqueda evite la de los demás individuos, y con la mayor movilidad social posible. Un individuo será libre si puede realizar esa búsqueda, y una norma será justa si se los permite, a diferencia de las comunidades naturales, donde una norma lo será en tanto respete y permita a la comunidad vivir de acuerdo a su pensamiento mínimo (24)

 

    Frente a la fosilización inherente a las comunidades naturales, entendida en un doble sentido, en primer lugar de sus rasgos básicos, evitando el mestizaje, en todo caso ideológico - religioso, que pudiera amenazar ese pensamiento mínimo, y algunas veces étnico (25) y en segundo lugar, y como consecuencia del mismo, la ambición de utopía, entendiendo estas comunidades naturales como proyectos definitivos, la comunidad individual, lleva consigo la de libertad, y las sociedades libres evolucionan, adquiriendo nuevos rasgos de identidad colectiva, y son mestizas, pues la libertad supone no sólo la generación de ideas libres en su seno, sino el libre tránsito de ideas ajenas, produciéndose el correspondiente mestizaje  ideológico –religioso y étnico (26).

 

    La abolición de la esclavitud, la emancipación de la mujer y el respeto a los homosexuales son consecuencias lógicas de la revolución de la felicidad, pues son colectivos a los cuales los pensamiento mínimo de las comunidades naturales solían castigar o postergar.

 

    También lo son, el pensamiento crítico, premisa indispensable del desarrollo científico y la apuesta por la igualdad y la universalidad (27). La relajación de los roles tradicionales y el decadentismo, entendido como una visión hipercrítica y potencialmente destructiva del propio grupo, acompañan el proceso.

 

    Y es que nuestra naturaleza fuertemente grupal no puede sino temer a la libertad, y  añora la comodidad del pensamiento impuesto y el bienestar otorgado. La predecible realidad derivada del pensamiento mínimo, más o menos totalitario, frente a la vorágine de las cambiantes sociedades basadas en la búsqueda de la felicidad individual. Sobre todo en aquellos casos, en los que el individuo se siente solo en medio de un grupo al que percibe como hostil. Y en pocos momentos el individuo se siente tan solo como cuando su expectativa de nivel de vida fracasa, es decir, cuando los hijos asumen que tendrán unas expectativas de promoción social más limitadas que las de sus padres.

 

- El abismo de la felicidad

 

    Acunada por la Revolución Inglesa, amamantada por la Ilustración y destetada en América, la idea de comunidad individual se expandió por Occidente a lomos de las revoluciones liberales, y a lo largo de los siglos XIX y XX uniría Occidente con democracia. No sería un camino fácil, si la emancipación judía había marcado el triunfo liberal, el Holocausto reflejó su agonía.

 

    Sólo diecinueve semanas de junio de 1940 (28) impidieron su derrota, pero sobrevivió y se hizo más fuerte. A partir 1989 incluso pareció que las comunidades individuales se expandirían sin freno, pero  la realidad es otra… ¿qué pasó?

 

    En primer lugar se confundieron los conceptos de Occidente, democracia, modernidad y comunidad natural. En Occidente, su propia evolución llevó, aunque podría no haber sido así, a la creación de comunidades individuales y a terminar definiéndose en base a las mismas, cuya forma política lógica es la democracia, y al mismo tiempo la democracia occidental acelera el desarrollo de la comunidad individual.

 

    Es decir, la democracia es al mismo tiempo resultado y acelerador del proceso de creación y evolución de las comunidades individuales. Relación semejante se da entre la modernidad, marcada por el desarrollo científico, y la comunidad individual.

 

    En segundo lugar, se olvidó que la comunidad individual no tiene un poder de atracción universal, es más en el propio Occidente jamás tuvo una existencia fácil. Nada ha evitado ver la realidad tanto como la absurda clasificación de los movimientos políticos. Se les suele dividir entre izquierda y derecha, como una especie de cadena, de tal manera que en un extremo está la extrema derecha, y en otro la extrema izquierda. Sin embargo, tal división no sólo es inexacta, sino que impide comprender adecuadamente las ideologías de nuestro tiempo.

 

    En realidad deberíamos verlas como un círculo, en el que, trazando su diámetro, en un lado quedasen las ideologías opuestas a la idea de comunidad individual y en otro, sus partidarias. Mucho más homogéneas las últimas que las primeras, podríamos clasificarlas en tres grupos, de acuerdo a su relación con la modernidad.

 

    Las primeras en lidiar con el virus liberal, transmisor de la enfermedad de la comunidad individual, fueron las de reacción, como los chuanes franceses y los carlistas españoles, simplemente aspiraban a una vuelta a un pasado, cada vez más idealizado, el asentamiento de la modernidad, produjo el segundo grupo, las control, que si bien rechazan el virus liberal, aceptaban la modernidad, a la que aspiraban a controlar y moldear, el fascismo, el nazismo y el comunismo produjeron vacunas tan eficaces, que casi triunfan. La derrota militar de las primeras y el derrumbe de la última, desarrollaron las de superación, como la Nueva Derecha y la Nueva izquierda, aún en pañales. Su rechazo al virus liberal no las impide presentarse como garantes de sus virtudes, como la democracia y el pluralismo, algunas de cuyas premisas adoptan, pues no en vano valoran sus resultados, pero en realidad no son más que adaptaciones de vacunas ya experimentadas (29)

 

    Si bien formalmente muy diferentes, en realidad son muy semejantes, de ahí que las fronteras entre las mismas sean difusas, máxime cuando pertenecen al mismo grupo. Por otro lado, el nacionalismo, al que no hemos de confundir con el emancipacionismo ni con el patriotismo (30)  prostituye la liberal idea de nación, para convertirse, o bien en un añadido de las anteriores, o bien en un movimiento autónomo que busca fundamentos en ellas.

 

    Todas parten de la revitalización de la idea religiosa, sea la religión tradicional o no, con o sin Dios, que crea un pensamiento mínimo, en el cual los elegidos superan las barreras de la ciudadanía nacional, para crear una utopía severa, eterna y confortable. El individuo abandona el abismo de la libertad, de las decisiones constantes en un mundo cambiante,  para entregarse a las delicias del pensamiento mínimo y el bienestar otorgado. A menos libertad más seguridad.

 

    Probablemente sea en el nazismo donde mejor se observa este fenómeno. Acunado en el seno de un estado democrático, el nazismo opuso a éste, la idea de comunidad natural germánica, es decir, excluye de ésta a los ciudadanos alemanes no arios (como los judíos) y abre la pertenencia a esta comunidad natural a los ciudadanos de otros estados (Austria y las minorías alemanas). La comunidad natural germánica, basada en un pensamiento mínimo neo pagano, ofreció la utopía del Reich de los mil años destruyendo la comunidad individual alemana.

 

    No obstante, su principal enemigo no son aquéllas, sino el desarrollo extremo de la propia idea, la apuesta por una comunidad natural pura, donde los individuos sólo tendrían en común el respeto al marco jurídico que la sostiene.

 

    Es decir,  el abandono de los nexos de unión que han sustituido al pensamiento mínimo, propios de la nación y el abandono por completo de aquél, eliminando cualquier tipo de autoridad, es decir, de verdad objetiva. El muticulturalismo y el auge de las pseudo ciencias sería buen, y desastroso, ejemplo de los mismos, todo ello a la sombra de una visión profundamente crítica decadentista de la propia sociedad.

 

- Queremos la modernidad

 

    En 1800 Occidente sólo era la civilización más aventajada, un siglo más tarde, dominaba el mundo. El impacto sobre el resto de civilizaciones fue evidente y han ido adoptando y adaptado parte de los elementos ligados al surgimiento de la modernidad, pero evitando su transformación en comunidades individuales.

 

    En la civilización islámica, la expedición napoleónica a Egipto es el aldabonazo del colonialismo y de la humillación  del final del califato. El mundo islámico, consciente de su atraso intenta asumir las ideologías de control occidentales, pues no en vano intentan controlar la modernidad evitando la comunidad individual, pero su relativo fracaso, hace que se revitalicen ideologías de reacción ya existentes, el islamismo, y que surjan ideologías de superación, la democracia islámica, proceso al cual asistimos (31)

 

    Al igual que sus homólogas occidentales, las ideologías de superación en el Islam adoptan y adaptan los ropajes externos de la comunidad individual, como la elección de los dirigentes mediante el voto popular, pero en realidad lo hacen porque han demostrado su valía, y con el objetivo no de convertirse en una comunidad individual, sino de consolidar la comunidad natural existente y su pensamiento mínimo.

 

    En este sentido, son esclarecedoras las declaraciones del hijo del fundador de los Hermanos Musulmanes, Ahmed Saif Al Islam Al Banna “la mayoría es la que decide, una vez debatidos y votados los temas, la minoría debe someterse a la mayoría, a pesar de que podría verse como un ejemplo de “compromiso con el sistema democrático” (30) en realidad no es así, al menos si entendemos la democracia en sentido occidental, es decir, como expresión política de una comunidad individual. En éstas, las minorías no deben someterse a las mayorías, de tal manera que al final sólo hay una visión, un pensamiento mínimo, aunque votado, sino que las minorías sólo aceptan las decisiones adoptadas por la voluntad mayoritaria, sin que ello signifique que sus puntos de vista deban plegarse y desaparecer.

 

    Los procesos migratorios de mediados del siglo XX, han hecho que las comunidades individuales tengan que lidiar con un nuevo desafío, la de aquellos, que provenientes de comunidades naturales, fundamentalmente musulmanas, intentan crear comunidades naturales al margen de la comunidad individual, a la que rechazan. Evidentemente, y como reacción, en las comunidades individuales donde tal proceso se produce, se genera a su vez, un incremento en los apoyos de las ideologías contrarias a las comunidades individuales. Una comunidad individual con fuertes comunidades naturales en su seno, desaparecerá cuarteada en pedazos.

 

- El futuro de la comunidad individual

 

    En poco más de tres siglos, la comunidad individual ha acelerado la evolución de las organizaciones humanas, creando las sociedades más prósperas de la Historia, y ejerciendo una benéfica influencia en toda la Humanidad, ahora bien, su propia esencia dinámica la ha llevado a estar permanentemente discutida, y hace sólo medio siglo, a estar a punto de desaparecer en su propia cuna, Occidente.

 

    ¿Sobrevivirá un nuevo siglo? La respuesta dependerá del modo en el que Occidente tome consciencia y responda adecuadamente a tres realidades:

 

    En primer lugar debe ser consciente de que su tipo de sociedad, la comunidad individual no sólo no tiene un poder de atracción universal, sino que la mayor parte de la población mundial y algunos de sus ciudadanos, la ve como algo degenerado, caótico e inmoral, y ello a pesar de que, al mismo tiempo, adopten y adapten ciertos elementos propios de las mismas, como la elección de los gobernantes mediante el voto popular.

 

    Esta constatación no debe hacer, sin embargo, que Occidente deje de promover la expansión de la comunidad natural, pero debe tener claro que lo fundamental no es la adopción y adaptación de sus signos externos, sino de sus rasgos definitorios (32). Es decir, que un país adopte la elección de los gobernantes mediante voto popular no significa, sin embargo, que esté más cerca de ser una comunidad individual que otro que no lo haga. Así el Irak del Baaz estaba menos lejos de ser una comunidad individual que el Irak post-Sadam en el que la voluntad popular ha islamizado todos los aspectos de la vida. La práctica desaparición de las comunidades cristianas da fe de ello (33)

 

    En segundo lugar, Occidente debe ser consciente de las principales amenazas de la comunidad individual provienen de su propio desarrollo extremo, basado en la preeminencia del individuo y  la pérdida de todo pensamiento mínimo o autoridad que marque una verdad objetiva.

 

    Frente a la primera, debe revitalizar la idea de nación, no como antesala del nacionalismo, sino como manifestación de nexos de unión que promueven la colaboración colectiva, en la que se insertan todos los ciudadanos, incluyendo aquellos provenientes de otras sociedades, evitando o limitando así el desarrollo de comunidades naturales en su seno. La idea de nación basada en el patriotismo y no en el nacionalismo, permitirá una integración a nivel de civilización (34) básica para sobrevivir en el próximo siglo.

 

    Frente a la segunda, se debe defender el método científico, pues ante la ausencia de un pensamiento mínimo, la ciencia descubre, en su ámbito, verdades objetivas más allá de las opiniones individuales. El método científico no fija pensamientos mínimos, sólo verdades objetivas que los individuos pueden, o no aceptar creer. Existen tentaciones de trasladar este método a la vida política, es decir, fomentar la tecnocracia, pero se olvida que en la vida política democrática no se dirimen verdades objetivas, sino intereses, y dado que todos los individuos son iguales, sus intereses merecen el mismo respeto, y finalmente debe prevalecer el interés mayoritario, no una verdad objetiva determinada por los supuestamente más sabios.

 

    No obstante, el desarrollo de la comunidad individual se basa en ambas debilidades, por lo que también son fortalezas, la primera hace más difícil la creación de grupos que se sitúen por encima de los individuos, pues tales grupos enajenarán las voluntades individuales en beneficio propio, convirtiéndose en cuasi comunidades naturales, la partitocracia es buen ejemplo de ello. La segunda evita el surgimiento de nuevos pensamientos mínimos y garantiza la continua creación de pensamientos alternativos.

 

    En tercer y último lugar, Occidente debe ser consciente de que su fuerza reside en su tipo de sociedad, la comunidad individual, pues desarrolla al máximo la libre creatividad humana, base del desarrollo científico. Así, el paso de la comunidad individual de la República de Weimar a la comunidad natural del Reich nazi, hizo que Alemania perdiese la carrera del átomo, pues su pensamiento mínimo consideró a la teoría de la relatividad como judía (35) del mismo modo, la progresiva islamización de Turquía está llevando a la consolidación de un pensamiento mínimo que, entre otras cosas, ha convertido a Turquía en el principal adalid de las teorías creacionistas (36)

 

    El desarrollo científico secundario, es decir, trabajar sobre lo ya creado, puede darse perfectamente en el seno de las comunidades naturales, pero el desarrollo científico primario, basado en la libre creatividad y la puesta en tela de juicio de toda autoridad existente, difícilmente nace en ellas.  

 

    Tal constatación debe suponer un revulsivo al hipercriticismo, del decadentismo derivado del vértigo a la libertad, y debe alejarla de un universalismo igualitario bienintencionado, pues si bien la valoración y la influencia de otras sociedades es algo inherente a la comunidad individual, derivada de su valoración del individuo, desvalorizar la propia y sobrevalorar las demás, es ineficaz y pernicioso (37)

 

    Si Occidente responde adecuadamente a tales desafíos, la comunidad individual seguirá iluminando a la Humanidad, de lo contrario, dejará de existir y el desarrollo de nuestra especie se verá ralentizado, pues nada nos hace soñar más que la libre búsqueda de la felicidad.

 

 

NOTAS:

 


(2) En realidad fueron tres, la primera de 1642 a 1645, la segunda de 1648 a 1649, y la tercera, tras ser ejecutado el rey, de 1649 a 1651

(3)


Pedro Schwartz en el programa de César Vidal “Corría el año” dedicado a Oliver Cromwell.

(4)


Juan Antonio Cebrián en “En la Rosa de los Vientos”

(5) Los mecanismos que hacen morir y matar y que la propaganda bélica explota en cada momento, no tienen porqué coincidir con las causas reales del conflicto.

(6) C.Hill “La culminación de los tiempos” en “La revolución inglesa” “Cuadernos de Historia 16” Madrid, 1997, pág. 11

(7) “Congress shall make no law respecting an establishment of religión, or prohibiting the free exercise thereofe, or abridging the freedom of speech, oro f the press, or the right of the people peaceably to assemble, and to petition the Goverment for a redress of grievances”. Esta Enmienda se refiere al Congreso de la Unión, y no sería aplicable a los estados hasta la aprobación de la 14 Enmienda, en 1868 que extendió el Bill of Rights a los estados. No obstante, en materia religiosa, todos los estados se deshicieron de sus Iglesias de estado antes de la Guerra Civil.

(8) “Though he (Cromwell) was never opposed to a state church. He therefore advocated abolishing the institution of the episcopate and the banning of a set ritual as prescribed in The Book of Common Prayer. He believed that Christian congregations ought to be allowed to choose their own ministers, who would serve them by preaching and extemporaneous prayer”


(9) Aunque esto no significa que los Padres Fundadores quisieran dejar de lado al cristianismo.



(11) Sirva como ejemplo la descripción que la revista NG de junio de 1998 “La dorada cosecha de los raji”. Los raji son un grupo étnico de Nepal que se dedica a la recolección de miel.


(12)  Entendemos por pensamiento mínimo el que deben asumir, como mínimo, los individuos. Cuanto más cerca del totalitarismo esté una comunidad natural, mayor será.

(13) En este sentido, J.M. Blázquez, entrevista en la revista Muy Interesante Historia, núm. 31, pág. 10. “¿Qué supuso el culto al emperador divinizado? El problema de un Imperio tan inmenso era encontrar un punto de unión, y el aglutinante más acertado fue el culto al emperador divinizado por el Senado después de muerto. El culto a los Césares unificó el Imperio”. He aquí el pensamiento mínimo de la Roma Imperial.

(14) La España medieval es un buen ejemplo de la coexistencia de varias comunidades naturales (cristianos, musulmanes y judíos) bajo la dominación de una (musulmana o cristiana). Lejos de la imagen idealizada que muchos entre los que añoran las comunidades naturales como recambio a la comunidad individual propia de la democracia occidental, nos quieren dar, su equilibrio resultó precario y finalmente una de ellas, la cristiana, se impuso a las demás.

(15) En ambos casos la comunidad natural mayoritaria, la católica hispano y galo romana, termina absorbiendo a la comunidad natural detentadora del poder político, la germánica.

(16) “Sin embargo, aunque el nestorianismo decayó y fue expulsado del Imperio, el monofisismo persistió y se fortaleció. Era especialmente fuerte en Egipto y Siria, la parte no griega del Imperio. Con su apoyo al monofisismo, los patriarcas de Alejandría y Antioquía podían expresar su rivalidad con Constantinopla, a la vez que los pueblos egipcios y sirios reforzaban su conciencia nacional contra el dominio griego”. Isaac Asimov “Constantinopla. Historia Universal Asimov” Alianza Editorial, Madrid, quinta reimpresión, 2007, pág. 61

(17) Una de las consecuencias de la Reforma, fue que en los territorios protestantes se fomentara la alfabetización. El resultado fue que a finales del siglo XVIII, “muchas de las zonas que habían logrado alcanzar niveles de alfabetización casi universales eran marcadamente protestantes: las tierras bajas de Escocia, los dominios de los hugonotes franceses y los baluartes del luteranismo en Alemania y del calvinismo en Suiza”. Donald Sasson, “Cultura, el patrimonio común de los europeos” Crítica, Barcelona, 2006, pág. 45

(18) A diferencia de la otra gran ruptura, el Gran Cisma de 1054, la Reforma no tuvo una extensión territorial claramente definida, y dio lugar a la existencia de diversas minorías protestantes en territorios mayoritariamente católicos, como Francia, y minorías católicas en territorios mayoritariamente protestantes, como Inglaterra.

(19) La libertad de conciencia es el respeto al hecho de que cada cual puede tener expresar las ideas, en todos los ámbitos de la vida, incluido el espiritual que considere oportunas, incluyendo la posibilidad de negar la existencia de Dios. Libertad de religión supone la tolerancia de la existencia de diversos grupos religiosos. El primero es un derecho individual, el segundo colectivo. La Revolución dio un paso en favor del derecho de libertad de conciencia al reconocer el derecho de cada congregación a elegir sus propios pastores, con sus propias ideas religiosas cristianas. Tal atomización acercó el derecho de libertad de religión al de conciencia.

No obstante, la libertad de conciencia aún, y por desgracia, sigue estando en Occidente en un nivel inferior a la de religión, prueba de que el proceso de empoderamiento del individuo aún no ha terminado.

Por ejemplo, el día 13/7/2011 elmundo.es recogía la noticia de que Austria aceptaba los coladores de pasta como símbolo religioso “pastafari”. El pastafarismo, o Iglesia del Monstruo del Espagueti Volador, es una parodia de una religión, iniciada por Bobby Henderson en 2005. Niko Alm solicitó el derecho, al igual que le tienen las mujeres musulmanas, de aparecer con un tocado en la foto del permiso de conducir. Tras la negativa inicial, y un test psicológico por si acaso, se lo concedieron. Dejando a un lado lo anecdótico del caso, sí debe hacernos preguntar por qué debemos conceder privilegios a determinados individuos por su pertenencia a una confesión religiosa (libertad de religión) y no a otros por el mero hecho del ejercicio de su libertad de conciencia.


(20) Debemos diferenciar dos tipos de laicismo, el de primer grado, o ideológico, en el cual las creencias religiosas abandonan su papel de pensamiento mínimo, lo cual hace posible, entre otras cosas, el avance de la ciencia, y el laicismo de segundo grado, o cultural, en el cual se rechaza la religión como expresión cultural colectiva. Al de primer grado corresponde, por ejemplo, la aprobación de leyes sobre el divorcio en los países de mayoría católica, al segundo, la eliminación de la palabra Navidad en los calendarios festivos. Si bien entre los dos grados hay una multitud de matices, podemos decir que el de primer grado es indispensable y, el de segundo grado, normalmente, una estupidez.

(21) No en vano, la Revolución Inglesa facilitó la revolución científica, “el nuevo estado de cosas fomentó la especulación intelectual a todos los niveles. En la quinta década del siglo XVII, Oxford se convirtió en el centro de la ciencia avanzada por primera y última vez hasta el siglo actual. El conservadurismo reconquistó las universidades después de 1660 pero los científicos expulsados se agruparon en torno al Colegio Gresham y tuvieron la protección de Carlos II. La Real Sociedad (…) creó también un clima intelectual que permitió a un inglés, Isaac Newton, deducir una síntesis que resumió la revolución científica internacional”

C.Hill “La culminación de los tiempos” en “La revolución inglesa” “Cuadernos de Historia 16” Madrid, 1997, pág. 9

(22) Participación en el ejercicio de la soberanía, pues la idea de la soberanía en el pueblo, es preexistente a la de comunidad individual, en este sentido el español Mariana llegó a justificar el tiranicidio, y aquélla idea escolática estuvo en el inicio de la independencia de la América Española.

(23) En este sentido, la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, de 1776 “We hold these truths to be self-evident, that all men are created equal, that they are endowed by their Creator with certain inalienable Rights, that among these are Life, Liberty and the pursuit of Happiness”


(24) Tomemos como ejemplo la Declaración Islámica Universal de Derechos Humanos de 1982. A lo largo de todo el texto los derechos se relacionan con el respeto a la Ley, es más el artículo  IV.1 establece que “Toda persona tiene derecho a ser tratada conforme a la Ley” y el IV. 5 “Todo musulmán tiene el derecho y el deber de negarse a obedecer cualquier orden contraria a la Ley” ahora bien, esa Ley ¿deriva de los individuos? No, deriva, tal y como el preámbulo nos deja claro, de Dios, y es el Corán y la Sunna. El pensamiento mínimo.


(25)  Esta prohibición es común en las comunidades naturales no dominantes, pero detentadoras del poder político, como los visigodos en España, hasta Leovigildo


(26) Este proceso es típico en el desarrollo de las comunidades individuales. Así, en EE.UU, los matrimonios mixtos, desde que el TS derogó las últimas leyes estatales contra el mestizaje, en 1967, no han dejado de aumentar. En 2008 el 14,6% de los matrimonios fueron mixtos.


(27) Al aumentar el mestizaje, tanto étnico como ideológico, las comunidades naturales tienen una percepción más respetuosa de los otros. Tomemos como ejemplo los medios de comunicación y la propaganda de EEUU durante la SGM, mientras que al referirse a alemanes e italianos, incidían en el hecho de que luchaban contra nazis y fascistas, pero no contra los pueblos, en el caso de los japoneses, la situación era diferente, así, el 22/12/1941, la revista TIME publicaba un artículo “How to tell your friends from the Japs” en el que indicaba como distinguir a los chinos de los japoneses, entre otras estupideces afirmaba “The Chinese expression is likely to be more placid, kindly, open; the Japanese more positive, dogmatic, arrogant. (…) Japanese walk stiffly erected, hard-heeled. Chinese, more relaxed…”. Hoy, tal tipo de descalificaciones raciales, deshumanizadoras, serían impensables con ningún pueblo, y en todo conflicto se insiste en el carácter de lucha ideológica, es una ideología, un pensamiento mínimo, lo que causa la guerra, que se libra para liberar a las personas de ella, es una ideología dañina para todos, porque todos somos iguales, si es mala para ti, también para mí.


(28) El verano de 1940. Norman Moss “19 semanas” Península, Barcelona, 2005

(29) El nacionalismo sustituye el pensamiento mínimo religiosos por otro, en el que la nación es la nueva religión. El patriotismo no supone más la búsqueda del beneficio común de la comunidad. La diferencia es la misma que existe entre los celos, basados en la sumisión, y el amor, basado en el respeto. En cuanto al emancipacionismo, si las comunidades naturales necesitan nexos de unión, la idea de nación, hay que determinar a qué nivel esos nexos son lo suficientemente significativos, y de este modo, crear naciones diferentes.

(30) En cierta manera, podríamos llegar a ver las ideas políticas actuales en todas las civilizaciones como una lucha entre partidarios y adversarios de la idea de comunidad individual, cuyas “armas” en ambos casos tendrían su origen, o estarían profundamente influenciadas por Occidente. En este sentido, Ian Buruma y Avishai Margalit “Occidentalismo. Breve historia del sentimiento antioccidental” Península, Barcelona, 2005.

(31) TVE En Portada “Los Hermanos Musulmanes” 2011.

(32) Para lo cual es fundamental la influencia en la metapolítica, es decir, en la cultura, entendida en un sentido muy amplio, productora de cambios sociales que después tendrán reflejo político. Los Hermanos Musulmanes en Egipto lo han sabido hacer muy bien, y aún en tiempo de Mubarak dominaban la cultura egipcia, así la televisión estatal programaba toda clase de panfletos judeofóbicos, tal dominio, ha producido la islamización social, manifestada en el mayor uso del velo, y tendrá en breve una plasmación política.

(33) Desde 2003, fecha de la caída del régimen del Baaz, la comunidad cristiana de Irak se ha reducido a la mitad. Desde la caída del dictador Egipcio, Mubarak, en la Primavera Árabe, las persecuciones contra los coptos han aumentado.


(34)  La integración a nivel de civilización, no obsta la integración a nivel de nación grande, es decir, naciones que impulsen o revivan nuevos focos identitarios nacionales, basados en elementos comunes.

(35) Del mismo modo, la URSS abandonó, entre otras, la investigación genética, pues Stalin hizo materia de fe las erróneas ideas de Lysenko, frente a una rama del saber que tachó de pseudociencia burguesa.

(36) A través, sobre todo, de la Fundación para la Investigación Científica, de Adnan Oktar. Damian Thompson “Los nuevos charlatanes” Ares y Mares, Barcelona, 2008, págs. 61-70

(37) En este sentido, Arthur Herman “La idea de decadencia en la historia occidental” Andrés Bello, Barcelona, 1998. Las ideas decadentistas están particularmente presentes en los populares textos de autoayuda que pretenden darnos recetas para la felicidad, normalmente idealizando otras sociedades, particularmente asiáticas, frente al “materialismo” occidental.   

 
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