EN QUÉ CREO (Parte I)
Este es el primer artículo del blog que, en colaboración con mi hermano, comienzo. En este blog analizaré artículos, libros y noticias de actualidad junto a figuras y acontecimientos históricos, de la forma más amena posible.
No pretendo dar lecciones a nadie, sino, simplemente, exponer mis opiniones e ideas y recibir las de otros, para enriquecernos mutuamente, siempre desde el respeto hacia los que no comparten la misma visión de las cosas.
Una de las obligaciones de todos los que hemos pedido el voto, es la de dar a conocer nuestras convicciones con claridad, explicar por qué donamos parte de nuestro tiempo y energías a la comunidad, -en mi caso, a través del asociacionismo universitario y de las Nuevas Generaciones del Partido Popular- pues un cargo público, o mejor dicho, al servicio de todos, como el mío de claustral, no debe ser otra cosa que una plataforma privilegiada para poder pensar y proponer de forma pública soluciones en beneficio de la comunidad.
Creo en la democracia, evolución lógica de la civilización occidental
Entiendo por democracia el sistema de valores (1) basado en la existencia de unos derechos garantizados por encima de las mayorías de cada momento, en la división de poderes y en la elección y alternancia de los gobernantes.
-Civilización
El siglo XIX fue el siglo de las naciones y el XXI será el de las civilizaciones (2). Entendemos por civilización un conjunto de naciones de características semejantes, muchas veces difíciles de definir, pero que son, más que nada, culturales y religiosas (3) Huntington (4) diferencia actualmente ocho: Occidental, Ortodoxa, Latinoamericana, China, Japonesa, Africana, Islámica e Hindú; a las que podríamos sumar la Budista (5)
Huntington usa el vocabulario de la tectónica de placas y habla de línea de fractura (6) para referirse a la línea geográfica que las separa, en la que son frecuentes los choques entre civilizaciones. Al igual que las placas terrestres, las civilizaciones son fenómenos dinámicos, que nacen, se desarrollan, se enfrentan, colaboran e influyen unas en otras, antes de transformarse.
La Occidental, que surgió aproximadamente en el siglo sexto (7) en Europa, agrupa a los estados europeos de tradición protestante o católica (8), Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda e Israel (9); es la más influyente, generando los conceptos de occidentalización, democratización y modernización (10). Según Huntington (11) tiene las siguientes características:
1- El legado clásico
2- El catolicismo y el protestantismo
3- Las lenguas europeas
4- Separación de la autoridad espiritual y temporal
5- El imperio de la ley
6- El pluralismo social
7- Los cuerpos representativos
8- El individualismo
De todas ellas, el binomio pluralismo-individualismo representa la esencia de Occidente. El pluralismo genera individualismo, pues, si se acepta la pluralidad, es decir la existencia de grupos dentro de la colectividad, será más fácil respetar al individuo como tal.
-Democracia
La democracia hunde sus raíces en el modo en el que una parte del mundo Occidental, el anglosajón, resolvió el paso de unidades políticas débiles, basadas en la coexistencia de grupos con esferas de poder propias (Iglesia, nobleza, gremios…) a estados fuertes que asumen todas las potestades, dejando sólo el binomio estado-individuo. Para evitar que tales estados generasen tiranías, nace la democracia, en este sentido Montesquieu escribe “los ingleses, para favorecer la libertad, han suprimido todos los poderes intermedios que formaban su monarquía. Tienen mucha razón en conservar esta libertad, porque si llegaran a perderla, serían el pueblo más esclavo de la tierra” (12).La democracia permite conservar la libertad a los individuos en el tránsito de súbditos a ciudadanos, los estados pasan de coexistir con la pluralidad a respetar la individualidad, cada individuo se presenta como un grupo único, teniendo, como los antiguos, derechos, obligaciones y cuota de poder. Este individualismo genera y necesita la democracia, que aparece como el marco pequeño e inamovible que permite la creación de sociedades abiertas y dinámicas.
Así pues, la democracia es la evolución lógica, porque deriva de la esencia misma de Occidente, del binomio pluralidad-individualismo, pero no la única posible, Occidente ha practicado otras, como el autoritarismo o el totalitarismo, si la democracia ha triunfado hasta convertirse en una seña de identidad de Occidente, se debe a que la parte de Occidente que la vio nacer, el mundo anglosajón, se desarrolló hasta convertirse en el centro de su civilización. Pero, como veremos en la siguiente entrada del blog, dentro del propio Occidente han surgido opciones, y se han exportado, antioccidentales, antidemocráticas o antimodernizadoras, así, por ejemplo, el primer fascismo italiano ( 1922-1943) era antidemocrático, el de la república de Saló, antioccidental y antidemocrático.
Llegados a este punto hemos de ver su historia y conceptuación. La democracia, tal y como hoy la entendemos, deriva de la idea cristiana de la existencia de determinadas leyes naturales por encima de la voluntad de los gobernantes, en Inglaterra esta idea se plasma en la conceptuación de una Fundamental Law, que ciertos jueces, entre los que destaca Sir Edward Coke, en el caso Bonham en 1610 (13) intentaron articular como un derecho capaz de controlar las leyes del Parlamento. Tal intento terminó fracasando y el siglo XVIII recoge el principio de la soberanía parlamentaria, De Lolme lo plasmó en su conocida frase “el parlamento británico lo puede todo, menos transformar un hombre en mujer o viceversa”(14), aunque deberíamos matizar mucho esta afirmación por la propia historia del constitucionalismo británico, pues si la Revolución de 1688 consagra el principio de la primacía parlamentaria, va acompañada de la Declaración de Derechos y el Acta de Tolerancia de 1689.
No obstante, la idea de la existencia de una Fundamental Law va a encontrar acomodo en los pensadores contractualistas, que la racionalizan. Así John Locke, en su obra “Dos tratados sobre el gobierno civil” (1689) (15) formula la primera separación de poderes y concibe el pacto social como un medio de salvaguardar la libertad, encarnada en la salvaguardia de la vida y la propiedad, es decir el pacto social es un supreme power que preserva esos derechos de los ciudadanos frente a todos, incluyendo el propio legislador.
Por otro lado, la reforma protestante dio origen en Inglaterra al movimiento religioso puritano, esta rama del cristianismo entiende que el hombre es malo por naturaleza, por lo tanto, proclive al pecado, de ahí que en las organizaciones de sus iglesias busquen una separación de poderes y una alternancia en los cargos, que son electivos, evitando así que algún dirigente obtenga demasiado poder, porque, si lo obtiene, derivará en abusos y tiranía.(16)
Tenemos así, configuradas, los tres caracteres de la democracia, la garantía de derechos, la división de poderes y la alternancia y elección de los gobernantes.
Estas influencias ideológicas arraigaron en los dirigentes de la Revolución Americana de 1776 que, en 1787, crearon el primer estado democrático al aprobar la Constitución de los Estados Unidos de América. A diferencia del sistema británico, en el nuevo estado, la Constitución, y los derechos en ella reconocidos (fundamentalmente en las diez primeras enmiendas, el Bill of Rights, 1789) (17) son un límite que ninguna mayoría parlamentaria puede violar; en principio, tal supremacía se entendió únicamente a nivel federal, pero, tras la sentencia Marbury contra Madison, dictada por el juez del Tribunal Supremo John Marshall (18) en 1803 quedó claro que la supremacía de la Constitución se aplicaba también a los estados federados.
La Constitución es norma jurídica (19), la norma suprema, y los derechos en ella garantizados suponen la racionalización de la vieja idea de la existencia de un derecho natural de origen divino, se cambia el origen de los mismos, de Dios a la razón, pero el fundamento es el mismo: evitar las tiranías.
En Europa, esta idea fue inicialmente adoptada por los revolucionarios franceses en la Declaración de los Derechos del Hombre del Hombre y del Ciudadano de 1789 y en la Constitución de 1791, pero rápidamente fue abandonada, entendiéndose que las mayorías parlamentarias pueden gobernar sin control alguno. La Revolución Francesa comenzó como una especie de copia de la americana, pero terminó dando a luz a la primera dictadura moderna.
Tenemos que esperar al final de la Primera Guerra Mundial para que la idea de constitución como norma jurídica arraigue definitivamente en Europa, gracias, entre otros, al praguense Hans Kelsen, que diseña la Constitución austriaca de 1920.
Sólo entonces, ese maravilloso invento norteamericano llamado democracia, fructificó en toda su extensión en Europa.
Artículo 1.1 de la Constitución Española: España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico, la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
Artículo 9.1 de la Constitución Española: Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico.
Disposición derogatoria tercera de la Constitución Española: Asimismo quedan derogadas cuantas disposiciones se opongan a lo establecido en esta Constitución
Si has llegado al final de estas líneas, te doy las gracias y te invito a leer las próximas entradas así como a hacerme llegar cuantas opiniones, sobre todo si son críticas, consideres oportunas
Muchas gracias
CH & JM Ortega Sánchez
10 de Octubre de 2010.
Notas
(1) Sistema de valores porque, para que la democracia pueda funcionar, es necesario que el grupo humano que la adopta, reconozca una serie de valores de origen occidental, como la pluralidad-individualismo; por otro lado, la práctica democrática hace desarrollar esos valores preexistentes y genera otros que terminan configurando esa sociedad como una sociedad abierta y dinámica.
Esto explica que la democracia naufrague en aquellas sociedades donde la pertenencia a un grupo étnico o cultural esté por encima del sentimiento de individualidad. En este sentido, como anécdota, podemos recordar que uno de sus reflejos es la elección de pareja, el casamiento por amor, es un valor occidental, muestra de un individualismo inimaginable tanto en otras etapas de occidente, pues las civilizaciones son fenómenos dinámicos, como en algunos otros ámbitos civilizatorios.
(2) Samuel P. Huntington, “El choque de civilizaciones” Paidós, 2001, Barcelona, págs. 45-49. Huntington parte de la idea de que no existe una única civilización, arrumba así de las líneas de pensamiento que defienden la existencia de una única civilización común a toda la humanidad. En realidad estas posturas se acercan mucho a las que, en el siglo XIX confundían civilización con occidentalización, es decir, dividían el mundo entre civilizados (occidentales u otros en la medida que estuviesen occidentalizados) y salvajes. Tal postura, que minusvalora las culturas los pueblos no occidentales, es hija de una época, la del colonialismo, en la que la aplastante preeminencia de Occidente hizo que los nacionalismos en su seno se desarrollasen buscando las diferencias entre los estados occidentales, así, por ejemplo, se hablaba de civilización francesa o hispánica.
(3) Samuel P. Huntington, “El choque de civilizaciones”, Paidós, Barcelona, 2001, pág. 46
(4) Samuel P. Huntington, op.cit. pág. 50
(5) Huntington niega la existencia de una civilización budista, es más, defiende que es la única gran religión que no es la base de una civilización, en este sentido op.cit. pág.54, pero, en cambio, la recoge en el mapa de las civilizaciones, op.cit. págs.28-29.
(6) Las civilizaciones tienden a tener conflictos en sus líneas de fractura, en ellos las unidades políticas que las integran deducen el nosotros del ellos. Así, por ejemplo, las Cruzadas o la guerra contra el turco generaron un sentimiento de unidad dentro de las civilizaciones Occidental (Cristiandad) e Islámica. Eso no quiere decir que eviten conflictos entre las unidades políticas o las naciones de cada civilización, pero les otorga un valor menor en relación al conflicto intercivilizatorio. El nacionalismo como ideología provoca el debilitamiento de ese sentimiento de unidad dentro de la civilización, es una de las razones que explica que, en el siglo XIX, cuando la Occidente careció de conflictos intercivilizatorios serios, pues dominaba a las demás civilizaciones, los nacionalismos en su seno se hicieron más devastadores. La Guerra Fría provocó un nuevo sentido de solidaridad intercivilizatorio, dejando atrás los nacionalismos, buena prueba de ello es el surgimiento de la unidad europea.
(7) Samuel P.Huntington retrasa su fecha de nacimiento hasta el siglo VIII-IX, op.cit. pág. pero creemos que su nacimiento viene marcado, no por la consolidación del poder franco, sino por la toma del poder por los pueblos germánicos en las provincias romanas. Este elemento germánico hará nacer Occidente, pues incide en el binomio pluralismo-individualismo. Entre otras razones, los pueblos germánicos no eran católicos, por lo que se impidió que, tal y como pasó en la parte oriental del antiguo imperio romano, Bizancio, surgiese un cesaropapismo.
(8) Según Huttington, pertenecerían a la civilización Occidental los siguientes estados europeos: Portugal, España, Francia, Andorra, Italia, Suiza, Alemania, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Polonia, Chequia, Eslovaquia, Austria, Liechtenstein, Croacia, Eslovenia, Hungría, Estonia, Letonia, Lituania, Reino Unido, Irlanda, Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Malta, Islandia, El Vaticano, San Marino y Mónaco. En este sentido, Samuel P. Huntington, op.cit, pág.187. A estos estados deberíamos sumar, al menos, la parte occidental de Ucrania.
(9) A pesar de que Huntington no incluye a Israel dentro de la civilización Occidental, debemos considerar a la democracia israelí, no sólo parte del mundo Occidental, sino como el principal punto de conflicto entre el mundo Occidental y el Islam, su limes. Occidental es, fundamentalmente, porque la mayoría de sus forjadores ( Herzl, Ben Gurion, Weizmann..) provienen del mundo occidental al que tienen muy claro que pertenecen, en este sentido es muy clarificadora la respuesta de los luchadores judíos a lo que Menachem Begin en su libro “La rebelión” denomina “La Ley del látigo”. Los británicos acostumbraban en sus colonias a acompañar determinadas penas de azotes con fines “educativos”, esta pena accesoria también pretendieron imponerla a los rebeldes judíos de Palestina, lo cual generó en ellos una fuerte oposición y la resolución de pagar con la misma moneda a los británicos, pues, tal y como proclamaba un pasquín de diciembre de 1946 “durante cuatrocientos años habéis estado azotando a los “indígenas” en vuestras colonias sin represalias. Llevados de vuestro tonto orgullo consideráis también indígenas a los judíos de Eretz Israel. Estáis equivocados. Sión no es el exilio. Los judíos no son zulúes”; poco después, los británicos eliminaron este castigo de Palestina (Menachem Begin, La Rebelión, Inédita Editores, 2008, Barcelona, pág. 289).
En este sentido, José María Aznar, al presentar en el Congreso Nacional Judío su iniciativa “Friends of Israel” afirmó que Israel “no sólo es parte sustancial de Occidente, sino esencial para nosostros (…) está en la región donde colisionan las placas tectónicas (Islam y Occidente) y es una de las pocas naciones dispuestas a pagar un precio por su supervivencia” http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/01/espana/1283351541.html La misma fundamentación tiene la petición del presidente de FAES para que Israel forme parte de la OTAN
o la de Berlusconi, el pasado febrero, para que integre en la UE
(10) Tenemos que distinguir tres conceptos muchas veces confundidos entre sí, occidentalización, democratización y modernización, que si bien son procesos que suelen ir en mayor o en menor medida unidos, no son procesos iguales. Occidente ha expandido sus valores por todo el mundo creando situaciones de aceptación o rechazo, pero siempre influyendo en las otras civilizaciones, a este proceso le denominamos occidentalización, así, por ejemplo, Kemal Ataturk, el padre de la moderna Turquía occidentalizó este país en los años veinte, limitando el papel de la religión, eliminando el velo, cambiando el alfabeto o adoptando códigos normativos similares a los occidentales. Diferente a este proceso es el de democratización, es decir, la adopción de la democracia, más o menos adaptada a las circunstancias del lugar, normalmente es la consecuencia de una cierta occidentalización, pues la democracia es un sistema de valores, y presupone la existencia en esa sociedad de ciertos valores de origen occidental, pero son procesos diferentes, así la mayor democracia del mundo, India, es un país muy poco occidentalizado; finalmente modernización hace referencia a la incorporación de aspectos materiales del modo de vida occidental, así, los estados del Golfo, como Dubai, son países en los que sus ciudadanos devoran artículos de lujo de marcas occidentales, contratan arquitectos occidentales, jugadores de fútbol occidentales y en definitiva, pretenden imitar el modo de vida material occidental, pero no son estados occidentalizados ni mucho menos democratizados.
En este sentido, el rechazo a Occidente suele ir unido al rechazo a la democracia (Irán) y, en muy pocos casos, también a la modernización (Afganistán), Ian Burunda y Avishai Margalit en su libro Occidentalismo, observan que buena parte de la ideología antioccidental, que ellos denominan occidentalismo, hunde sus raíces en Occidente.
(11) Samuel P. Huntington, op.cit. pág. 81
(12) Barón de Montesquieu, “Del espíritu de las Leyes”, T.I, Madrid, 1821, pág.25. Consultado mediante Google Books.
(13) Thomas Bonham practicaba la medicina sin licencia, por lo que Royal College of Physicians le condenó a prisión, el juez Coke consideró tal sentencia perversa y declaró que “when an act of parliament is against common right or reason, or repugnant, or impossible to be performed, the common law will control it and adjudge such act to be void.” (14) Antonio María García Cuadrado, “El ordenamiento constitucional” Club Universitario, 2002, Alicante, pág. 207. Consultado mediante Google Books
(15) Formuló la primera separación de poderes, la obra de Montesquieu, “El espíritu de las leyes” es de 1748.
(16) En este sentido, César Vidal en “Los masones” Planeta, Barcelona, 2005, págs. 79-80, “La Biblia – y al respecto las confesiones surgidas de la Reforma son muy insistentes- enseña que el género humano es una especie profundamente afectada en su fibra moral como consecuencia de la caída de Adán. Por supuesto los seres humanos pueden hacer buenos actos y realizar acciones poder político debe dividirse para evitar que se concentre en unas manos – lo que siempre derivará en corrupción y en tiranía- y debe ser controlado (…) que muestran que aunque empañadas, llevan en sí la imagen y semejanza de Dios. Sin embargo, la tendencia al mal es innegable y hay que guardarse de ella cuidadosamente. Por ello, el Esa misma línea fue la seguida a finales del siglo XVIII para redactar la Constitución americana. De hecho, el primer texto independentista norteamericano no fue, como generalmente se piensa, la Declaración de Independencia redacta por Thomas Jefferson sino el documento del que el futuro presidente norteamericano la copió. Éste no fue otro que la Declaración de Mecklenburg, suscrita por presbiterianos de origen escocés e irlandés en Carolina del Norte el 20 de mayo de 1775”
(17) Entre los derechos reconocidos en esta Carta de Derechos están la libertad de expresión, la libertad religiosa, al debido proceso, a no ser sometido a registros e incautaciones abusivas y a no testificar contra uno mismo. Puede verse el texto completo a través de Wikipedia.
(18) “Uno de los arquitectos del mundo moderno” según Paul Jonhson en “Estados Unidos, la historia”, Javier Vergara. Barcelona, pág. 229. John Marshall había leído las “Reflexiones sobre la Revolución Francesa” de Burke, y desconfiaba de las masas populares, por ello, otorgó a la Constitución un valor que la situara por encima de cualquier populismo “para Marshall no había mucha diferencia entre que la chusma se apoderara de la Bastilla por la fuerza y que una turba legislativa intentara tomarla sirviéndose de una ley insconstitucional” Marshall temía sobre todo que un político populista de algún estado federado atacara legislativamente el derecho de propiedad, por lo que, con sus sentencias, en palabras de Jonhson “ ligó indisolublemente a Estados Unidos con el capitalismo, y en particular con el capitalismo industrial (…) op.cit. pág. 225
(19) Evidentemente, si la Constitución es norma jurídica, todo el ordenamiento jurídico ha de amoldarse a ella, y si una norma es contraria a ella, debe ser expulsada del ordenamiento, esa incompatibilidad debe ser determinada por algún órgano, encargado del control constitucional, en la Constitución española de 1978 es el Tribunal Constitucional, Estados Unidos tiene un sistema diferente, un control difuso, que culmina en el Tribuna Supremo.